El retorno de los jesuitas

En 1767, la Compañía de Jesús fue expulsada del Perú y se ausentó del país durante más de un siglo. Recién en 1871, pudo emprender su retorno gracias a la labor del entonces obispo de Huánuco, monseñor Manuel Teodoro del Valle, quien invitó a los hijos de san Ignacio a hacerse cargo del seminario de dicha ciudad. El padre español Francisco Javier Hernáez SJ, fue designado como superior de ese primer grupo de jesuitas que pudo regresar al territorio peruano.

Hernáez tomó nota de los sucesos más relevantes en torno al regreso de la Compañía de Jesús al Perú y los plasmó en una relación que estaba dirigida al padre general Peter Jan Beckx. En el texto, que abarca el período de 1871 a 1875, se enfatizan las vicisitudes a las que tuvieron que enfrentarse los jesuitas para lograr su permanencia en el país.

Esta edición de la Relación del padre Hernáez incluye la transcripción del manuscrito original en castellano; la versión en latín de las primeras dos secciones del texto, preparada por el mismo autor; y un estudio introductorio de Adolfo Domínguez SJ, en el cual se brinda información sobre el escritor, la obra y su contexto de producción.

Francisco Javier Hernáez, SJ
Nació el 3 de diciembre de 1816 en España.

Antes de ingresar a la Compañía de Jesús, ya había realizado estudios teológicos en Bélgica. Fue enviado en 1850 a la misión de Nueva Granada en Colombia. El 3 de junio de 1850, a los tres días de llegar a Popayán, fue expulsado con sus compañeros jesuitas del país. Permaneció los siguientes tres años en Guayaquil, hasta que nuevamente experimentó la expulsión, esta vez de mano de la república ecuatoriana. Partió a Guatemala, en donde fue superior entre 1857 y 1861.

En 1862, el presidente del Ecuador, Gabriel García Moreno, invitó a la Compañía de Jesús a retornar al país. En este contexto, Hernáez se convirtió en el gran gestor de la restauración motivando la labor apostólica de la Compañía de Jesús en dicha nación y apoyando al gobierno en los lineamientos de la educación.

En 1871, Hernáez fue destinado al Perú para restablecer la Compañía de Jesús luego de una ausencia de más de cien años. Se convirtió en el primer superior de la misión peruana dependiente del Ecuador. Murió el 11 de julio de 1876 en Francia.