Juan Pablo I

Más que presentar una biografía cronológica, este libro quiere describir, a partir de los testimonios de quienes lo conocieron, las características personales de Juan Pablo I que nos ayudan a descubrir su incuestionable santidad. Tras haber estudiado con exhaustividad toda la documentación de la causa de beatificación, Fisichella nos descubre a un hombre de Dios que, en la sencillez de su saber estar, manifestaba una profundidad espiritual poco común, especialmente para el período histórico que vivió. En palabras del cardenal Parolin, Juan Pablo I «fue un hombre de inteligencia aguda y abierta. Un pastor cercano al pueblo santo y fiel de Dios, firme en lo esencial de la fe y con una extraordinaria sensibilidad cultural y social. Un hombre bueno de Iglesia, pero a la vez firme en el gobierno; sabio y al mismo tiempo capaz de expresarse de manera sencilla y accesible a todos». No hay duda de que el sencillo estilo de vida de Albino Luciani, el «Papa de la sonrisa» ha dejado una fuerte impronta que marca el camino de fe de muchos hombres y mujeres del siglo XXI.

Albino Luciani (Forno di Canale, Belluno, Italia 1912) fue ordenado sacerdote en 1935 y se graduó en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana en 1947. En 1954 fue nombrado vicario general de la diócesis de Belluno y cuatro años después el papa Juan XXIII lo consagró obispo de Vittorio Veneto. Participó en el Concilio Vaticano II, y en 1969 el papa Pablo VI lo nombró Patriarca de Venecia. Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana entre 1972 y 1975, y cardenal desde 1973, a la muerte de Pablo VI, en 1978, fue elegido papa en el segundo día del cónclave. Adoptó el nombre de Juan Pablo I. Su pontificado es uno de los más cortos de la historia: duró 33 días, desde el 26 de agosto de 1978 hasta su muerte, el 28 de septiembre del mismo año.